sábado, 29 de octubre de 2011

"Bestiario", de Juan José Arreola






No merece la pena comentar nada. Simplemente, lean un fragmento de "Bestiario", de J. J. Arreola:


                               EL RINOCERONTE 
El gran rinoceronte se detiene. Alza la cabeza. Recula un poco. Gira en redondo y dispara su pieza de artillería. Embiste como ariete, con un solo cuerno de toro blindado, embravecido y cegato, en arranque total de filósofo positivista. Nunca da en el blanco, pero queda siempre satisfecho de su fuerza. Abre luego sus válvulas de escape y bufa a todo vapor.

(Cargados con armadura excesiva, los rinocerontes en celo se entregan en el claro del bosque a un torneo desprovisto de gracia y destreza, en el que sólo cuenta la calidad medieval del encontronazo.)

Ya en cautiverio, el rinoceronte es una bestia melancólica y oxidada. Su cuerpo, de muchas piezas, ha sido armado en los derrumbaderos de la prehistoria, con láminas de cuero troqueladas bajo la presión de los niveles geológicos. Pero en un momento especial de la mañana, el rinoceronte nos sorprende: de sus ijares enjutos y resecos, como agua que sale de la hendidura rocosa, brota el gran órgano de vida torrencial y potente, repitiendo en la punta los motivos cornudos de la cabeza animal, con variaciones de orquídea, de azagaya y alabarda. 

Hagamos entonces homenaje a la bestia endurecida y abstrusa, porque ha dado lugar a una leyenda hermosa. Aunque parezca imposible, este atleta rudimentario es el padre espiritual de la criatura poética que desarrolla en los tapices de la Dama, el tema del Unicornio caballeroso y galante. 

Vencido por una virgen prudente, el rinoceronte carnal se transfigura, abandona su empuje y se agacela, se acierva y se arrodilla. Y el cuerno obtuso de agresión masculina se vuelve ante la doncella una esbelta endecha de marfil.



Esta es la virtud de las páginas maestras. Quitan el aliento, ¿verdad? 

domingo, 23 de octubre de 2011

Hay a quienes se les ha estropeado el plan



Estos son los días en que todos podemos descubrir el conejo dentro de la chistera. Unos se montan la verbena donostiarra, también llamada "Conferencia de Paz" y se vuelven a casa tan tranquilos, con la sensación  de haber cumplido con el encargo. 


Otros, tras la fanfarria etarra de "o ganamos o empatamos, pero nunca perdemos", confiesan que están en las últimas pero sin dejar de joder la marrana, por si nos lo creemos demasiado. 

Y, por último, mis preferidos. Los de ciertas televisiones, tres o cuatro periódicos y otras tantas radios que dicen que no. No puede ser. Tantos años con el enemigo como excusa para hacer y decir lo que nos venga en gana y ahora vienen con que nos abandonan. ¿Cómo vamos a seguir en la brecha si tenemos que pensar y mantener una mínima coherencia en la crítica, si ya no nos vale oponernos a todo?






Pobrecitos míos, cada vez se les pone más difícil el ya de por sí duro trabajo de emporcar la vida del resto de la población. Porque ya no es que tengan opiniones absurdas y tontunas descabelladas, amén de reiterativas y peleonas. Es que todos los que no son tan atrabiliarios como ellos son reos de lesa traición a la patria. 


Anda y que se vayan a tomar por culo a la derecha, como se suele decir. Por si no se han enterado todavía, les pasa lo mismito que a sus enemigos terroristas: sobran. 

domingo, 16 de octubre de 2011

Hoy no hablaremos de la huelga





Hasta ahora no he querido tratar de un asunto tan acuciante como la huelga de profesores de la enseñanza pública. No lo he hecho porque hay unas cuantas cosas que me indignan. Y, por una vez, no todas tienen que ver con la infausta Aguirre, la inútil y arrogante Figar y sus acólitos, más o menos despistados. 


Porque no pretendo ir de líder extremista y llamar a las barricadas pero ¿qué daño real hacemos a quienes nos hacen daño (léase: la administración educativa) convocando huelga por días sueltos cuando los alumnos están sentados en las aulas, el curso en marcha y todo controlado? 


¿No habría sido mejor la propuesta (que quedó como minoritaria en las asambleas previas al inicio del curso) de bloquear el proceso? Es decir, huelga indefinida desde el día uno o dos de septiembre para no hacer matrícula de alumnos, no hacer exámenes, no firmar actas, no permitir el comienzo de la Selectividad ni, por ende, el cierre del curso anterior y el principio de este. Eso sí habría deshecho el plan de la Aguirre-Figar (ente monstruoso de dos cabezas todavía no descrito en los bestiarios) de degradar a pasos agigantados la enseñanza pública. La única de calidad, añado yo, de este país. 






Evidentemente, alguien juicioso dijo: "No lo hagamos; eso conlleva expediente sancionador, son normas de obligado cumplimiento". Claro que sí hermano, pero me pregunto si veinte mil expedientes son fáciles de instruir o si solo podrían hacerlo con cuatro cabezas de turco, como tienen costumbre. Y eso nos adentra en otra dinámica de tipo político-judicial más fácil de manejar que la situación presente. 


Por ahora, tras cinco jornadas de huelga con claro éxito de participación y varias manifestaciones ruidosas y masivas, la Consejería de Educación y Empleo, como se llama ahora, no se ha dignado siquiera dar atisbos de que quiere negociar. Esta semana hay convocadas otras dos. Ya veremos si la gente y sus nóminas descalabradas aguantan.


Mucho me temo que, si las circunstancias no dan un vuelco, la huelga está perdida. Pero eso ya lo sabía en septiembre. Como que no conozco a esta gente del garrote enhiesto que nos viene por todos lados... Que se preparen la universidad, la sanidad y otras excrecencias del sistema de protección social que, no lo olvidemos, está sentenciado por parte de los lobos que acechan el poder. 


Por cierto, ¿alguien se ha planteado en serio a quién va a votar este 20-N?

jueves, 6 de octubre de 2011

"Buena chica", esencia de Secretos




Dentro del pop español, y créanme que sé de qué estoy hablando, esta es quizá la canción con la letra más contundente, concisa y triste que conozco. Las hay más bellas y, desde luego, más divertidas, pero ni se acercan a la formidable capacidad para la elipsis y la sugerencia de "Buena chica".


"Su casa bordeando la autopista
hizo que ella creciera muy deprisa.
No quise conocerla de aquel modo: 
Si quieres comprar algo, tengo todo". 



"Y pocas veces sonreía
pero con eso a mí me valía".



¿Qué más hace falta para establecer un panorama, que vale por toda una vida? Todos los antecedentes que necesitamos conocer están condensados en los dos versos iniciales. En el cuarto aparece el narrador. Poco más podría decirse, y nada con más elegancia. 



"No pude acompañarla en aquel vuelo
porque apenas pisábamos el suelo.
Antes que nuestro tren descarrilara
en marcha me bajé sin decir nada".


"En otro tiempo me gustaba,
cuando en su mismo barco viajaba".


Ya está contada la historia de una relación. En realidad, la de toda una generación, incluyendo el mismo Enrique Urquijo, que se relacionó con el lado oscuro y no siempre salió bien parada. 


"La vi en bar de aquellos que frecuenta,
estaba de negocios en la puerta
y comprendí que nada había cambiado
ojalá que no la hubiera encontrado".


"Te juro que era buena chica,
aunque con poco apego a la vida". 


Por si no nos imaginábamos el final de la historia, ahí está el último verso. Demoledor. 

domingo, 2 de octubre de 2011

La pose que más nos gusta.





Hay que suponer que todo escritor se fotografiará al menos una vez en su vida adoptando la pose oficial. Es casi como un uniforme corporativo. Se ve al pretencioso de cintura para arriba (a ser posible, ni siquiera debe mostrarse la cintura, que por lo general estará poco presentable) un codo apoyado en la mesa y la mano sujetando el mentón de modo que solo puedo calificar de inefable. El rostro, siempre serio, pensativo, con aire soñador pero consciente de la propia importancia. 






La pose tiene su mérito, porque aparecer en las portadas de cada uno de tus libros como si te hubiera dado un aire es castigo que no deseo ni a Antonio Gala. Ni siquiera a Trapiello o a Prada, que ya es no desear. Toda tu vida vas a estar a expensas de esa foto maldita. No podrás opinar libremente porque debes mantener el tono reflexivo, grave, la responsabilidad que emana de tan rotunda imagen. Tampoco podrás guardar silencio cuando te plazca. Exige compromiso, te lleva a participar en cualquier foro, recogida de firmas y convocatoria correcta que te pongan por delante. La imagen maldita te convierte en un miura de la ortodoxia, un morlaco preclaro dispuesto a embestir en toda ocasión. 






Yo diría más: condiciona incluso tu producción literaria futura. ¿Cómo puede ser que alguien capaz de escribir "Coños" nos espete ahora los coñazos que acechan cada año en las mesas de novedades? Por la foto de marras. Estoy convencido de que el afán dietarístico del otro proviene de alguna foto como la presente que ha condenado sus dotes narrativas a tareas imposibles. Pongamos mejorar a Cervantes. Pongamos contarnos su vida con pormenores pero fumigada por las protectoras siglas que casi esconden algo y no interesan nada. 





En fin, escritores que (no) me leéis: no se os ocurra posar de semejante guisa. Por mucho menos ha habido desgracias.